El buen Dios se había cansado de esta situación y decidió acabar con el problema, buscó al único hombre justo que habitaba en aquella tierra del desierto y le ordenó crear un gran barco, puesto que pensaba inundar toda la tierra y borrar el pecado que ya bastante mal había causado.
El hombre justo se llamaba Noé y no dudó en obedecer a su creador, a si que a pesar que el pueblo se burlaba de él, junto con su familia comenzó la construcción de dicha arca, y faltando unos pocos días para que comenzará a llover y por orden de Dios, llevó hasta su barco una pareja de cada animal existente para asi preservar las especies.
Noé y su familia se embarcaron y cuando el pueblo se dio cuenta de la tragedia que se les venia encima comenzaron a recordar a Dios y pedirle un campito en la nave de Noé, pero ya era demasiado tarde y el fin iniciaba.
Durante cuarenta días y cuarenta noches, no paró de llover, y cuando por fin lo hizo, Noé envió varias aves en busca de tierra firme hasta que una paloma regresó trayendo en su pico una ramita, símbolo de la salvación que ya se veía.
Dios en el fondo arrepentido, mostró a Noé el mas hermoso arco iris que se haya visto, como símbolo de esperanza y la promesa de no volver a inundar la tierra.
